Ainara
Ayer fue 23 de abril, Día del Libro. Todas las escuelas han organizado concursos, eventos y actividades relacionadas con la lectura y estoy convencida de que la mayoría de los alumnos han participado en todo lo que se les ha ofrecido.

Ahora bien, ¿qué sucede el resto de días del año? En algunos centros -no digo en todos- sólo tocan la animación a la lectura un día al año: el 23 de abril. 

¿Qué sucede entonces el resto de días del año? 

La lectura es básica para el desarrollo cognitivo y afectivo de toda persona. Es básica, además, para poder superar cualquier dificultad en casi cualquier área curricular. Pero muchas veces queda en un segundo plano, solapada por la cantidad de contenidos que debemos impartir según nuestro currículum. 

En mi opinión, deberíamos proponer varias actividades de animación a la lectura a lo largo de todos los cursos. Si lo hiciéramos, nos daríamos cuenta de que los alumnos aprenden mucho mejor de esta forma y de que están más motivados. Y si además conseguimos que lean por su cuenta en casa, sin que nadie les diga nada, sería ya un objetivo cumplido. 

Hagamos que todos los días sean 23 de abril. Hagamos realidad el Plan Lector.

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